Los piercings siguen estando de moda y no es raro ver a personas que los llevan en la lengua, en el labio o en el frenillo. Pero debes saber que los piercings orales pueden dañar nuestros dientes y suponer un riesgo para la salud bucal.

Esto es porque los piercings chocan contra los dientes y encías, provocando microrroturas, problemas periodontales e infecciones. En cuanto a las encías, el roce provoca inflamación y sangrado, y la perforación puede abrir una puerta a las bacterias.

Así pues, ¿cómo de seguros son realmente los piercings orales? ¿Pueden dañar nuestros dientes lo suficiente como para que supongan un peligro a futuro? Te lo contamos en este post.

Tipos de piercing orales: lengua, labio y frenillo

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Lengua

Este piercing suele hacerse en la parte central de la lengua y suele utilizar barbell (una barra delimitada en cada extremo por una esfera), aunque también se pueden colocar aros en las partes anteriores y laterales de la lengua.

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Labio

Habitualmente, este piercingse conforma de aros o de labrettes (una barra con una esfera en la parte exterior y un disco plano que hace de cierre en la interior). Se colocan en cualquier parte del perímetro labial, sobre todo en la parte central.

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Frenillo

A este piercing se lo conoce como smiley y perfora el frenillo de la encía del labio superior. El principal problema de acarrea es que, debido a lo fina que es la telita del frenillo, tiende a descolgarse y agrandar el agujero, llegando a rasgar el tejido.

Piercing orales: ¿pueden dañar nuestros dientes?

Riesgos dentales de hacerse un piercing en la boca

Al colocarse un piercing oral hay un riesgo de que exista infección local en el área, lo que acarrea el riesgo de sufrir una bacteriemia. Pero no sólo eso; a medio y largo plazo, el impacto de un piercing en cualquier parte de la cavidad oral puede tener importantes consecuencias para la salud bucodental:

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Aumento del flujo salival: se produce como mecanismo de defensa debido a que la boca detecta cuerpos extraños en su interior.

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Sangrado prolongado: se debe a la naturaleza vascular de la lengua, si se perforan los vasos durante el proceso.

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Lesión o recesión gingival: se identifican recesiones gingivales en hasta el 50% de los individuos con perforación labial y en el 44% de los que tenían perforaciones en la lengua. También se observó daño dental en el 26% de los individuos con perforaciones en la lengua.

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Formación de tejido cicatricial y queloide: esto ocurre tras no curarse de forma óptima el piercing debido a la complicada cicatrización de la cavidad bucal.

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Daño a los dientes y microrroturas: aunque no es tan común, una de cada cuatro personas con piercings orales padece microrroturas en los dientes debido al choque del metal contra las piezas dentales en el interior de la cavidad bucal.

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Interferencias en el habla, la masticación y/o la deglución: esto ocurre por la inflamación y a que no estamos acostumbrados a tener un pequeño objeto en la boca.

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Obstrucción de las vías respiratorias: puede deberse a un edema pronunciado o a la aspiración de joyas plantea otro riesgo, y las joyas aspiradas o ingeridas pueden dañar los órganos respiratorios o digestivos.

Además de todo esto, el diagnóstico dental se complica ya que el piercing oralpuede obstruir la anatomía bucal y ocultar posibles defectos de la radiografía.

Cuidados de un piercing oral

Piercing orales: ¿pueden dañar nuestros dientes?

Lo principal a la hora de cuidar un piercing oral es mantener una higiene correcta y un estilo de vida saludable. De este modo, el piercing cicatrizará más rápidamente y, en consecuencia, asumirán un menor número de riesgos.

Si el piercing te roza en alguna parte de la cavidad bucal, puedes utilizar una cera protectora para ortodoncia de forma puntual, pero si el piercing bucal te provoca heridas debes acudir a tu dentista de confianza y que te haga una valoración de la situación.

Lávate las manos siempre antes de tocar el piercing o la zona perforada, intenta retirar el piercing si vas a practicar deporte y no juegues con él ni lo estires, ya que podrías provocarte lesiones o fracturas. En este sentido, es aconsejable asegurarse de que las piezas del piercing están siempre totalmente ajustadas para evitar tragártelas o atragantarse con ellas.

Para ayudar a reducir la inflamación en los primeros días y aliviar el dolor, se recomienda tomar pequeños cubitos de hielo y dejar que se disuelvan en la boca. De la misma forma, intenta no mover el piercing o jugar con él más de lo necesario.

Para mantener la boca limpia e higiénica se recomienda usar un cepillo de dientes de cerdas suaves y mantenerlo alejado de los cepillos de los demás miembros de la casa si los hubiera. Después de las curas del piercing, debes cepillar el pendiente muy bien para evitar acumulación de placa y otros agentes bacterianos.

Por lo demás, bastará con seguir tu higiene bucodental diaria anterior a hacerte el piercing oral, pero prestando algo más de atención de lo habitual. Un cepillado de dientes y un enjuague bucal después de cada comida, usando también hilo o cepillo interdental, y prestando atención a que tanto los dientes como la lengua y el piercing queden en perfectas condiciones.

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